26 de marzo de 2012

Veraneantes



 Un bofetón en medio de la felicidad. A veces, esa felicidad es solo una apariencia que intenta tapar toda la miseria del ser humano. La llegada de un cambio irá resquebrajando las máscaras y mostrando lo que los personajes ocultan a los demás, incluso a sí mismos.
Adultos con problemas de adultos, aunque algunos muestren actitudes infantiles, evasivas o hedonistas. Personas que no quieren mirarse en el espejo de sus miedos, sus mentiras, sus renuncias y sus fracasos,... hasta que no queda más remedio y todo les va estallando en la cara uno tras otro.

Una apariencia divertida, con música, baile y sonrisas, bajo el que late un drama que aunque se basa en la obra homónima de Gorki, está bajo la sombra de Chejov.
La pureza, por supuesto, no existe,  y cada personaje adopta una tonalidad de gris en su mirada. Algunos más evidente, otros más escondida.

Al final, una invitación a la sinceridad con uno mismo y el mundo, ¿pretendemos mejorar este mundo, o nos conformamos con aprovechar lo que podamos de él? Una llamada al compromiso escrita a finales del siglo XIX , con total vigencia en estos inicios del siglo XXI. Aunque algunos espectadores no sintiesen esa llamada.




Vídeo de la obra Veraneantes, producción del Teatro de La Abadía y Kamikaze Producciones

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